Santa Fe
Una empresa local es líder en alimentos para diabéticos
La pyme de la familia Oblán desarrolló una gama de productos sin azúcar, endulzados con stevia. El desafío de construir un mercado desde cero. Los obstáculos y las ventajas de ser los primeros. La nota de este semana de "Los que hacen Santa Fe".
Éxito. El dulce de leche sin azúcar, endulzado con stevia, es uno
de los productos más demandados a la pyme santafesina. (Juan M.
Baialardo)
Diario UNO Santa Fe
Hace 10 años, la familia Oblán comenzó a diseñar un proyecto empresario basado en alimentos diferenciados para exportar. Para Daniel, un empresario con una gran trayectoria en la industria metalúrgica, fue como empezar de nuevo. En unas vacaciones en Traslasierra, Córdoba, descubrió la stevia como un endulzante natural acalórico. Ese fue el disparador para crear, a partir de 2005, una línea de alimentos aptos para diabéticos y personas con problemas de obesidad.
“En ese momento se conocía muy poco de la stevia y se la utilizaba líquida o en polvo. La visión del negocio y la experiencia industrial y comercial nos lleva a aplicarla en una nueva gama de alimentos. Por haber tenido un acompañamiento de todo un equipo, hoy nuestro desarrollo es muy diferencial. Somos la primera empresa en la Argentina que desarrolló este tipo de alimentos. Tenemos la variedad más grande de alimentos con stevia en la Argentina, y a nivel mundial somos una de las pocas que incursionó en una oferta tan amplia”, aseguró Oblán.
La historia familiar comenzó con una actividad comercial en la década del 70. Luego vino la etapa industrial, en los 80, y la exportadora, en los 90 donde también se sumó el emprendimiento comercial de productos agropecuarios Cedro Azul. La crisis de 2001 hizo que ése se deba replantear. “Esa empresa se reconvirtió para empezar con otro proyecto vinculado a la alimentación, pero con un perfil de desarrollo de negocios de alimentos diferenciados en un proyecto exportador. La experiencia empresaria de Oblán, que logró colocar el sistema de prefiltrado de aire con turbina en el mundo, sirvió para el nuevo proyecto”, aseguró.
La iniciativa comenzó con la representación de algunos productos y, luego, propició el desarrollo propio de los productos y de una marca. Allí, se incorporaron sus hijas Guillermina, Verónica y Érika (quienes ocuparon las gerencias de administración y finanzas, la comercial y la de planificación de compras, respectivamente) y el “proyecto tomó un perfil mucho más específico”, explicó Daniel.
“Vimos la oportunidad del negocio. La visión y la experiencia empresaria nos hizo preguntarnos por qué eso no estaba industrializado, por qué no estaba en los alimentos. Ahí empezamos a imaginar todo el potencial que tiene la stevia y se empiezan a dar estos pasos que fueron extremadamente duros. Decirle no al azúcar en un dulce de leche, en una mermelada era impensado porque todos los modelos industriales no estaban desarrollados para esto”, añadió.
En ese sentido, Érika señaló: “Tuvimos que educar a nuestros clientes sobre lo que era la stevia. Costaba que nos entiendan qué era la stevia y que salgan de las marcas de edulcorantes artificiales. Ese proceso fue complejo, pero de a poco fueron entendiendo y hoy tenemos clientes que confiaron en nosotros en 2006”.
El proceso de investigación y desarrollo para llegar a los productos finales no fue sencillo. En esa búsqueda participaron ingenieros en alimentos, ingenieros industriales y nutricionistas, entre otros profesionales.
“Ellos confiaron en esto, porque no había presupuesto ni recursos en investigación y desarrollo”, dijo Daniel Oblán y agregó: “Esto era un emprendimiento de una pyme que marcaba el camino. Nos acompañaron profesionales e industriales. Creo que fue una sinergia y hoy agradezco la confianza que tuvieron en este proyecto”.
Los productos Trini SA se elaboran en siete plantas industriales de la provincia y ahora se está sumando una octava en Mendoza. Cada una de estas fábricas se especializa en la elaboración de un producto. La familia Oblán les da la receta y esas pyme confeccionan a fasón los productos.
El desconocimiento sobre la stevia fue una de las principales dificultades que debieron superar en el proceso de producción. “No fue fácil proponer sacar el azúcar y poner la stevia. Pero la gente se fue enganchando por la confianza que nos tenía y porque veía nuestra convicción de que éste era el camino”, ejemplificó Oblán.
“Llevó tiempo –continuó–, sobre todo la primera etapa donde tuvimos que armar la fórmula. Después siguió un proceso de continuas mejoras que nunca se detuvo, y ése es un concepto muy claro para nosotros. Hoy hay muy poca diferencia entre un dulce de leche con azúcar y uno que no tiene. Nuestro objetivo es estar en las góndolas y que la gente no encuentre la diferencia entre los productos y eso hoy lo tenemos muy ajustado. El mercado nos da la certeza de que hicimos bien las cosas”.
El precio y los beneficios en salud
El mercado de los alimentos hoy está en manos de grandes empresas o multinacionales. Incluso hay una gran oferta de productos masivos que significan una barrera para cualquier pyme que intente tener una participación en ese negocio. Por eso, el desarrollo de un producto diferenciado le ofreció a esta empresa santafesina la oportunidad de construir su propio mercado. “El 26 de julio de 2006 salió el primer producto Trini, con destino a Buenos Aires. Fue un largo camino en el que el producto pasó una serie de pruebas en el Inal (Instituto Nacional de Alimentos) porque era un producto totalmente novedoso”, comentó la gerenta de Planificación de Compras.
“El hallazgo que potenció e impulsó este proyecto tiene que ver con el pensamiento de Hipócrates, quien hace 2.500 años dijo: «Que tu alimento sea tu medicamento». Hoy ese pensamiento tiene una vigencia total. Nosotros trabajamos en ese camino: una buena alimentación para una buena salud”, apuntó Daniel.
“Nosotros apostamos a alimentos diferenciados, y la diferencia está en el precio y en los resultados en la salud. Lo nuestro no compite en góndola con productos masivos. Un diabético, un obeso o una persona que no quiere consumir azúcar hoy tiene muy pocas opciones. Una mermelada tradicional es la mitad fruta y la mitad azúcar. La fruta es mucho más cara y si uno pone más azúcar, el producto es más económico. En una gelatina el 90 por ciento del producto es azúcar. El costo es distinto, pero el beneficio también”, aclaró.
Por su parte, Verónica explicó: “Varias de las materias primas que se utilizan en nuestros productos, como el esteviósido, se importan y eso también incide en el precio. La calidad exigida a nivel internacional de ese insumo no se consigue en la Argentina y por eso lo traemos del Paraguay”.
Hasta el momento, el principal limitante es que la stevia prácticamente no se planta en el país. “En nuestro proyecto contemplamos que cuando hay un determinado nivel de oferta de plantas se puede hacer la obtención del esteviósido en el país e incluso en Santa Fe porque tenemos la tecnología. Pero para eso necesitamos promocionar la plantación y en eso estamos trabajando. Queremos tener este insumo básico que es estratégico para nosotros”, aseguró Daniel.
Entre los obstáculos que tuvieron que sortear en este proceso, los Oblán señalaron que tuvieron que abrir todas las puertas de la cadena de producción.
“Fuimos precursores y empezamos en esto cuando la palabra stevia no se conocía. Hoy ya estamos en las góndolas con alimentos y todo ese camino lo tuvimos que construir”, remarcó Daniel. Mientras que Verónica acotó: “De hecho optamos por explicar en el rotulado de los productos qué era la stevia”.
Si bien el proyecto nació como alimentos diferenciados para el mundo, el proceso se tuvo que ir haciendo paso a paso. “El mercado externo fue el principal motivador para desarrollar nuestros productos. Pero nos dimos cuenta que necesitábamos aprender bien a hacer nuestros productos y por eso necesitábamos sí o sí pasar por el mercado interno. Tuvimos que llegar al producto final, consolidarlo en el mercado interno y ahí sí salir al exterior”, explicó la gerenta comercial.
Luego especificó: “Hoy estamos participando de algunos mercados de Latinoamérica fundamentalmente. Estamos exportando a Chile y a Croacia. Pero tenemos previsto terminar 2013 participando en los mercados de Bolivia, Venezuela y Perú. Además, hay posibilidades de estar en el Paraguay y en Uruguay. También, estamos avanzando todos los trámites registrales para el Brasil”.
Pero en materia de regulación alimenticia cada país es un camino diferente a recorrer y generalmente muy burocrático. Se deben cumplir con muchos requisitos y controles sanitarios, lo que muchas veces genera demoras para ingresar a nuevos mercados.
De todas formas, incorporar una plaza como el Brasil también tiene complejidades. Por ejemplo, se debe tener en cuenta el nivel de demanda que puede tener un país con una población de casi 200 millones de habitantes y, según la Federación Internacional de Diabetes, el país de la región con la “cifra más alta de personas con diabetes, con 12,4 millones”.
“Ahí juega la experiencia de Oblán. Tenemos el know how de cómo son las reglas del juego. La confiabilidad es fundamental en el comercio exterior. Somos muy cuidadosos en cómo desarrollar los mercados porque eso va en coordinación con la producción. Estamos muy atentos a que a medida que se generan los mercados se atiendan en tiempo y forma. La demanda no tiene techo porque los problemas de diabetes y obesidad en el mundo son muy grandes”, señaló Daniel.
Pero todo lleva su tiempo. Ingresar a un nuevo mercado es un proceso largo. La explicación sobre qué es la stevia, que la empresa tuvo que encarar entre sus clientes y consumidores en la Argentina, también lo tiene que hacer en los nuevos mercados a desarrollar. “Estados Unidos recién ahora liberó la posibilidad de tener alimentos con stevia”, marcó Daniel aunque aclaró: “Pero ahora la stevia se va a popularizar mucho más rápido ya que la gaseosa más famosa larga su línea con stevia. Eso nos va a ayudar un poco. Pero la primera parte donde no había ningún jugador la tuvimos que hacer nosotros. Eso es un know how respecto al resto. Justamente el perfil de Oblán históricamente es invertir y desarrollar lo que no existe. En este proyecto nosotros creamos el mercado en la Argentina y después fuimos al mundo. Hoy tenemos esa ventaja, de que stevia, es Trini”.
“Pero la estrategia de Trini va más allá de la stevia. Nosotros trabajamos con alimentos para cubrir necesidades específicas de la población. Por eso, también elaboramos una línea de alimentos para celíacos y estamos preparando nuevos alimentos para atender otras patologías. Por eso, las perspectivas de crecimiento son muy buenas en el largo plazo”, aclaró Verónica.
En tanto, la planificación para el mediano plazo hace que la empresa haya iniciado negociaciones y enviado muestras para crecer en mercados como Emiratos Árabes, fundamentalmente en Dubai, y en Estados Unidos.
Por otra parte, Verónica Oblán destacó el contenido social de la empresa. “Por un lado hacia el cliente, porque buscamos dar una solución en alimentación e intentamos atender un mercado que está descuidado. Además, tenemos el desafío de hacerlo de una forma bella. Queremos que nuestros productos sean ricos y bellos porque hoy hay una discriminación con quien tiene una necesidad de alimentación específica”, aseveró.
“Por otro lado –prosiguió–, nosotros trabajamos con siete plantas industriales de la provincia y ahora se suma una de Mendoza. Es muy importante la confianza como valor para poder llevar adelante este tipo de proyectos”.
El desarrollo que consiguió esta pyme santafesina está íntimamente vinculado con la tradición de la provincia y el país como productores de alimentos. Sin embargo, esta iniciativa santafesina consiguió agregar valor a su producción a través de la investigación y el desarrollo de productos innovadores que apuntaron a un mercado que se tuvo que construir desde cero.
Contacto. Para contar la experiencia de tu emprendimiento en Los que hacen Santa Fe, podés escribir al mail: uno.ciudad@gmail.com
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