http://www.soberanialimentaria.org.bo/index.php?option=com_content&view=article&id=216:los-tallos-de-estevia&catid=88:productos-derivados-de-la-estevia&Itemid=130
Origen
La Stevia rebaudiana (Bertoni) es un
arbusto originario de Paraguay y Brasil, conocido por los indígenas
guaraníes y del Mato Grosso desde tiempos ancestrales, al que
denominaban Ka´a He´ë (hierba dulce). La estevia es una planta herbácea
perenne, cuyas hojas molidas son 30 veces más dulces que el azúcar de
caña y la hoja entera seca es 15 veces más dulce que el azúcar común,
así tiene propiedades extremadamente favorables para la salud humana
(2).
El principal
producto de esta planta es la hoja, cuya siembra y cosecha
preferentemente debe ser orgánica y sin empleo de agrotóxicos, lo que da
un mayor valor agregado al producto. Como cultivo orgánico alcanza
hasta 3.50 dólares por kilogramo de hoja seca.
El principio activo de la estevia es el esteviósido y el rebaudiósido,
que son los glicósidos responsables del sabor dulce de la planta.
Estos principios aislados son hasta 300 veces más dulces que la
sacarosa (2).
Es una planta increíblemente
dulce, el edulcorante (esteviósido) que se extrae de ella es
aproximadamente 300 veces más dulce que el azúcar. Las hojas tiernas
tienen un agradable sabor a regaliz y se puede usar para
reemplazar el azúcar refinado. En efecto, las hojas contienen
glucósidos de sabor dulce que no son metabolizables y tampoco contienen
calorías. La mayor parte de los glucósidos consisten en moléculas de
esteviósido. Las hojas secas son entre 20 y 35 veces más dulces que el
azúcar (1).
El edulcorante que se produce en los Yungas cobra gran importancia internacional
La Razón marzo 2009
Texto: Jorge Quispe
Texto: Jorge Quispe
En
una de las visitas que los jesuitas realizaron al norte paceño se
toparon con una práctica poco común. “Los indios mastican unas hojas
verdes que dan energía y, para evitar el mal sabor de ellas, le agregan
una pequeña hojita dulce”.
En las poblaciones guaraníes la bautizaron desde hace siglos como “caé
heé” o hierba dulce. La planta, cuyo nombre científico es Stevia
rebaudiana Bertoni, es una especie botánica de la familia de las
asteráceas, nativa de la región tropical de Sudamérica. Crece en
Bolivia, Paraguay, Venezuela, Ecuador, Perú, Argentina, Uruguay y
Brasil. En estos últimos países la producción se amplió en las últimas
tres décadas por sus propiedades edulcorantes y su bajo contenido
calórico.
En el país
se produce entre los 450 y 1.800 msnm, en las poblaciones yungueñas de
Caranavi, Santa Fe, Alcoche y Agua Blanca e Irupana en Sud Yungas. Su
tamaño va entre los 60 y 120 cm, su tallo es verde y sus hojas
elípticas miden de dos a 10 centímetros de longitud y de uno a tres de
ancho.
El oro verde del futuro.
Hasta
hace menos de 20 años la credibilidad de la estevia estaba por los
suelos, la mayoría de los campesinos preferían extraerla de sus terrenos
al creer que era una hierba mala por su parecido con las hojas de
marihuana.
Pocos la
utilizaban al pijchar la coca y sus poderes medicinales habían quedado
archivados en el olvido. Sin embargo, en la población de Santa Fe de
Caranavi, un campesino aún poseía una hectárea de estevia. A finales de
los 80, Moisés Tancara conoció a un japonés que, además de obsequiarle
otras semillas de estevia, le explicó sus propiedades medicinales,
entre ellas que regula el ritmo cardíaco y el funcionamiento de los
riñones, que es buena para la hipertensión y que principalmente combate
la diabetes.
Poco
después, Tancara quedó sorprendido cuando la nueva planta (stevia
rebaudiana Bertoni) dio sus frutos a los dos meses, menos de los tres
que tarda la cosecha tradicional de la coca. En La Paz, Moisés vendía
las hojas como medicina, pero fue en los últimos años que su fama
creció al enterarse de que la estevia fue catalogada en el mundo como el
mejor sustituto del azúcar, una decisión que fue apoyada por el G-7,
el grupo de los siete países más industrializados: Estados Unidos,
Canadá, Japón, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, que dieron un
plazo de cinco años para reemplazar los endulzantes artificiales como
al Aspartame –que supuestamente provoca la esclerosis y el lupus– por
los edulcorantes naturales.
Tancara se especializó en el cultivo y cosecha de la estevia y ahora
mucha gente llega hasta él para pedirle consejos sobre cómo se puede
producir mayor cantidad del “oro verde del presente y del futuro”, como
fue bautizado en el resto del mundo.
300 veces más dulce.
“Un
kilo de estevia equivale a 300 kilos de azúcar”, expone sin musitar
Taborga Montecinos desde su taller artesanal en la zona Río Seco en El
Alto, donde cristaliza el vegetal para transformarlo en “Estevión”, el
endulzante que industrializa Majota, la empresa que comercializa el
producto en algunas farmacias paceñas. Víctor toma un manojo en una
jarra y lo introduce en una gigante olla. Así comienza el remojado,
destilación y hervido del vegetal. Minutos después, recibe el primer
extracto verde en un vaso, que continuará el proceso para obtener otro
cristalino que pasará a una máquina que lo deshidrata hasta convertirlo
en un polvillo similar a la harina. “Con esta maquinaria artesanal
puedo producir hasta 1.000 kilos por día”, enseña el ingeniero.
Dos batallas por librar.
La
estevia todavía tiene al menos dos batallas más por pelear. La primera,
que podría reactivarse en cualquier momento, es la liderada por
algunos ingenios azucareros que ven en esta planta a un nuevo rival de
temer, y la segunda, por la competencia desleal que ofrece un polvo
parecido al aji-no-moto (glutamato monosódico, GMS) como si fuera
estevia, cuando en realidad se trata del temido aspartame.
“La stevia es un polvo blanco muy fino y no puede agruparse, en tanto
las partículas del aspartame son como agujas de cristal”, recordar que
el aspartame es un derivado del alquitrán y que por ello “es dañino al
organismo humano”.
Como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie, el “caé heé” aún
es utilizado en su etapa de florecimiento en Paraguay como un
anticonceptivo, mientras se espera la transformación industrial en
Bolivia.
“Nuestra
estevia tiene mayor calidad respecto a la de Paraguay, que es el primer
productor de la región. Por eso debemos trabajar más en su difusión”,
reta el ingeniero químico al que hace seis meses le detectaron
principios de diabetes con 185 de glucosa y que, al usar la estevia,
bajó a 65.
Los tallos de estevia |
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No deben ser descartados. Cuando estén bien secos,
cortarlos en trozos de 1 a 2 pulgadas y embolsarlos, almacenar en lugar
seco y protegido de la lluvia, animales y del sol. Estos tallos
contienen un alto porcentaje de antioxidantes y son requeridos por la
industria japonesa y alcanzando precios en el mercado internacional de
hasta 700 dólares la tonelada métrica (2).
Los tallos se utilizan también como fuente de materia orgánica, incorporándose al terreno como fuente de fibra para la alimentación animal y como cobertor para la misma plantación de estevia (2).
Los tallos se utilizan también como fuente de materia orgánica, incorporándose al terreno como fuente de fibra para la alimentación animal y como cobertor para la misma plantación de estevia (2).
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